Vaya por delante (sí, una vez más) que esto es pretemporada y que Juan Carlos Menudo continúa perfilando su equipo para la temporada liguera, que es lo que importa. Eso es una cosa, y obviar la realidad es otra. Porque la realidad es que el conjunto cañamero, con probaturas en el once y demás, ha presentado en ambos encuentros una plantilla de garantías, con un once muy reconocible y con jugadores que, si de por sí son de una categoría superior a la Primera Andaluza, respecto a la Segunda Andaluza la apuesta es mayor.

Por ello, se antoja complicado justificar una doble derrota frente a El Palmar Vereda Real, que no solo te apea de una competición donde el San José ha llegado a las dos últimas finales, sino que destapa carencias como la falta excesiva de gol y la fragilidad defensiva en momentos donde se debe mantener el nivel competitivo para tener opciones. Son problemas que se pueden y deben trabajar, pero eso no quita que la pretemporada haya quedado seriamente marcada tras no ser capaz de demostrar ser mejor que un rival de categoría inferior.

Respecto al partido, la hoja de ruta estaba marcada por el técnico cañamero. Dominio absoluto del juego, con fases donde el juego combinativo era interesante, pero con el eterno problema del gol que salía a relucir. Alvarito era el hombre más activo en ataque, pero sin ser capaz de aprovechar las ocasiones que se sucedían una y otra vez sobre la portería de Álex Veces. Durante los primeros 45 minutos, el conjunto local las tendría de todos los colores, contabilizando hasta ocho las ocasiones claras de empatar la eliminatoria.

En la segunda parte, siendo un calco de la ida, el San José se iría desinflando poco a poco, dejando el dominio en algo menor y con ocasiones a cuentagotas. La más reseñable fue para David López, que tendría la oportunidad de igualar la eliminatoria tras un penalti que erró el centrocampista cañamero y que hacía vaticinar el fatal desenlace final. A partir de este momento, los de Juan Carlos Menudo desaparecieron por completo del encuentro, entregando la pelota y dando pie a que El Palmar Vereda Real rematara la eliminatoria.

Finalmente, en el 71, el mismo goleador que en la ida, Félix, remataba una contra cuando el San José se encontraba completamente volcado intentando una remontada con más corazón que cabeza. Tras el gol, la sensación de desánimo era total, con un San José entregando la cuchara y confirmando los malos presagios de la ida.

Con la derrota, el cuadro cañamero cierra una pretemporada que ha ido de menos a más y que, al fin y al cabo, de poco vale. Este discurso es el que cala en la parroquia cañamera, pero sería atrevido obviar una derrota en una eliminatoria que debió pasar por historia y por calidad. Lo mejor, el hecho de saber que ahora viene la liga, la competición importante y que hay margen de sobra para trabajar y confeccionar el modelo de juego de una plantilla que tiene calidad de sobra para conseguir el ansiado objetivo de la vuelta a División de Honor.