La naturalidad en el trato con el cliente, la simpatía y la profesionalidad son las señas de identidad de José Antonio Ridao, un rinconero "de pura cepa" como el mismo se define que lleva 25 años a los mandos de la 'Frutería Maribel'
"Mi mujer fue la que montó el negocio originario hace más de 30 años, y cuando nos casamos me trasladé con ella al local actual", recuerda José Antonio, que hoy día rige los destinos de este establecimiento familiar en compañía de su hija, Ángela.
A lo largo de todo este tiempo, la empresa ha ido evolucionando a la par que la zona comercial de la barriada de La Paz, que experimentó un auge y una revitalización económica muy importante tras su renovación a finales de 1999, y que cuenta con la 'Asociación de Comerciantes La Paz' como parte activa en la lucha por darle un mayor empuje y vitalidad a la zona. Un colectivo del cual José Antonio es el secretario y desde el que "tratamos de desarrollar iniciativas que permitan dinamizar la actividad empresarial atrayendo más negocios y locales", señala.
De hecho, la asociación es una de las beneficiarias de la última partida de subvenciones para impulsar al pequeño comercio, una ayuda promovida por la empresa pública Soderinsa Veintiuno que utilizarán en varios proyectos que aún están ultimando como la celebración de un mercadillo en Navidad o la compra de bolsas con el logotipo de la asociación para repartirlas entre los vecinos que compren en sus tiendas.
En lo que respecta a su negocio, José Antonio ha sabido adaptarse al paso del tiempo y, aunque en sus inicios se centró en la venta diaria de fruta y pan, hoy día las necesidades de sus clientes han hecho que amplíe su oferta con una mayor cantidad y variedad de productos de alimentación e incluso ha incorporado algunos artículos de droguería. Además, con la llegada de las navidades también tiene una gran demanda de dulces y mantecados surtidos que él mismo prepara con todo mimo y esmero.
No obstante, la fruta fresca y cien por cien española sigue siendo el producto estrella de este establecimiento, destacando por encima de todo la fruta de temporada. "Ahora en verano se vende mucho el melón y la sandía, pero en invierno tengo unas naranjas muy buenas que cosecho yo mismo", afirma el dueño.
En este sentido, José Antonio tiene que competir duramente contra las grandes superficies que "nos han ido poco a poco comiendo el terreno y obligándonos a los pequeños comercios a ingeniárnoslas para mantener a nuestra clientela, aunque yo personalmente no me puedo quejar", añade.
Y es que este frutero de La Paz presume de "seguir en la lucha" después de 30 años gracias a unos clientes fieles que mantienen en él su confianza y que "ya son como parte de la familia, pues me conozco los nombres de casi todos".