Deportes |
Mal partido del Rinconada, desquiciado por la actuación del colegiado Arias Almarcha, que cuajó un arbitraje lamentable
Impotencia. Podría ser la palabra
correcta para definir lo acontecido el pasado domingo en el Nuevo Leonardo
Ramos a causa del devenir del partido. Las lágrimas de Antonio Garrido al
término del partido reflejaban la impotencia que viene aconteciendo a la Unión
Deportiva Rinconada desde el inicio de la campaña.
Aunque, si bien es cierto que el
colegiado erró de sobremanera y como nunca antes se vio en un campo de fútbol,
el cuadro blanquiazul pagó demasiado caro, una vez más, los errores defensivos
que tanto lo han condenado este ejercicio. Y es que, cuando parecía que la
defensa había encontrado la balanza ideal para subsanar el bagaje negativo en
su cuenta de goles encajados, Adri, a los 5 minutos de partido, dejó pasar un
balón para que el delantero visitante remate a placer la primera y única jugada
clara del Camino Viejo en todo el partido.
La Unión Deportiva Rinconada comenzó su
ya habitual monólogo, pero sin encontrar un referente en la punta de lanza que
pudiera revertir la situación, algo que de agravó esta pasada jornada debido a
la ausencia de David Cuevas, el pichichi de la categoría.
En la segunda parte, cuando el cuadro
rinconero se encontraba volcado en el ataque, Tete llegó tarde y provocó
penalti para el cuadro tomareño. Jorge transformó el penalti y sentenció a los
de Antonio Garrido en el encuentro.
A pesar del tremendo varapalo del
penalti, el conjunto local decidió seguir volcado en el ataque e intentar
anotar el gol que les metiese en el partido. En el minuto 71, David Gabriel se
inventó una internada por la banda izquierda y, tras escorarse hacia su pierna
buena, clavó un derechazo a la escuadra del guardameta Samu para poner el 1 a 2
en el marcador. Tras el gol, el partido se convirtió en un absoluto asedio
rinconero aunque sin encontrar el ansiado premio.
Pero, cuando podía haber llegado el
premio, ocurrió la jugada de la discordia. Minuto 95 de partido, internada por
la banda izquierda de la Unión Deportiva Rinconada, centro desde dentro del
área para que Abel Pando rematara en el área chica, Abel remató y... el árbitro
decretó el final del partido cuando el balón se disponía a entrar en la red.
Como es comprensible, todo el banquillo rinconero y los propios jugadores se
fueron inmediatamente para Arias Almarcha. El equipo rival no daba crédito a lo
que el árbitro del encuentro había decretado y en qué momento lo había decretado.
Está claro que afición y equipos deben
de respetar al árbitro pero, ¿qué pasa cuando es el colegiado el que no respeta
el correcto devenir del partido? Pues que ocurren cosas insólitas y únicas como
la vivida este domingo en el feudo rinconero.
Errores y vergüenzas arbitrales aparte,
bien es cierto que la temporada de la Unión Deportiva Rinconada no puede ser
justificada por un error arbitral en un partido. La temporada del cuadro
rinconero viene siendo estrepitosa desde hace ya algún tiempo. Desde el seno
del conjunto blanquiazul, se comienza a trabajar de cara a la próxima
temporada, asumiendo que, otro año más, la Unión Deportiva Rinconada se
convierte en el equipo del quiero y no puedo.
Iván Salgado