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El Rinconada pierde en Cazalla su primer partido en la era David Sánchez, después de que el Camino Viejo le hubiera dejado matemáticamente sin opciones de ascenso al ganar al Sanlúcar
Cazalla se vislumbraba
como una final para el Rinconada. Posiblemente, de tener algo en juego, el
resultado hubiera sido otro bien distinto. O no, porque en el fútbol nunca se
sabe. Pero el caso es que la realidad es como es y no como a los rinconeros les
gustaría que fuese. Y ésta dice que cuando los blanquiazules saltaron al
Municipal del Moro ya estaba todo decidido.
Un día antes –inexplicable
que no se unificaran los horarios-, el Camino Viejo había derrotado en el José
Moreno ‘Pepillo’ al Atlético Sanlúcar (4-1), dejando matemáticamente sin
opciones de ascenso al Rinconada, que tuvo que viajar a Cazalla sabedor de que
ya todo daba igual –inexplicable también poner el partido a las 21 horas del
sábado-.
Aunque toda la
parroquia rinconera coincidía en lo épico y utópico del objetivo, la racha de
diez victorias consecutivas –la mayor de la historia del club-, hacían a los
socios creer en un milagro que, finalmente, no se produjo. Y claro, una vez
descartado de la pelea, la racha era lo de menos y el partido en la Sierra
Norte estorbaba en el calendario más que otra cosa.
Ni la intensidad, ni el
rigor, ni posiblemente la mentalidad de los futbolistas, a pesar que el club se
afana en difundir un mensaje en el que se asegura que el mejor de los terceros
podría subir en caso de alguna posible renuncia –eso es más utópico que haber
alcanzado la segunda plaza-, lo cierto es que en el ambiente se respiraba la
importancia y la rabia de que, treinta puntos consecutivos, no habían servido
para nada.
Fue el partido de un
viejo conocido de la afición del San José, Luismi que, junto a su hermano Manu,
también ex cañamero, lleva algunos años defendiendo la elástica del Cazalla.
Paradójicamente, familia del director deportivo rinconero, Santi Aragón, se
marcó un partidazo, con hat trick incluido en 29 minutos –juega como central-. En
el minuto 1 ya había batido a Jairo y luego, en el 18 y en el 29, redondeaba su
tridente particular. Luego, Nico haría el cuarto de penalti, aún en la primera
parte, dejando el partido resuelto y la segunda parte como una súplica de que
el tiempo pasara cuanto antes.
Nadie va a poner en duda el trabajo del Rinconada y la capacidad de no rendirse hasta el final. Pero el equipo de David Sánchez no tuvo final feliz en la temporada y tendrá que conformarse con el tercer puesto. Dentro de dos semanas, porque el próximo fin de semana la Liga se para por el Rocío, cerraba la temporada ante un defenestrado Olivarense Atlético, para empezar a trabajar ya en el año que viene, en Segunda Andaluza, con un proyecto que esperemos, esta vez sí, llegue a buen puerto.