El que fuera primer pregonero de los Dolores Gloriosos en 1996, volvió a declamar sus recuerdos y vivencias vinculadas a la patrona de La Rinconada con un texto de marcado carácter poético
Una abarrotada iglesia parroquial Virgen de las Nieves e inundada por un inconfundible olor a nardo, acogía un año más el pregón de los Dolores Gloriosos en la víspera de la salida procesional de la patrona de La Rinconada en su edición número XXIII. Unos minutos después de las diez y media de la noche, las voces del coro de la hermandad de los Dolores, anunciaba el inicio de tan importante acontecimiento cuya autoría ha recaído este año en el rinconero José Lérida Yébenes. El pregonero estuvo acompañado por una representación de todas las hermandades y agrupación de fieles locales así como por una representación municipal con el alcalde Javier Fernández a la cabeza.
La
primera en subir al presbiterio desde donde la declamación del pregón iba a
tener lugar, fue la pregonera del año pasado Trinidad Argota Castro. Con voz
entrecortada en más de una ocasión por la emoción, realizó una semblanza del
pregonero de este año remontándose para ello a la biografía de los padres del pregonero
y su vinculación con La Rinconada. En esta presentación, la que fuera pregonera
de 2017, recordó los vínculos emocionales y vivencias compartidas existentes
entre ambas familias cediendo la palabra al pregonero de los Dolores Gloriosos,
José Yébenes a quien Argota definió como “el poeta los Dolores” por su
prolífica composición lírica en no pocas ocasiones con la patrona de La
Rinconada como inspiración.
Ya en
su pregón interrumpido en numerosas ocasiones por los aplausos de los
asistentes, José Lérida Yébenes, tras los agradecimientos y los saludos,
recordó las tres veces anteriores en las que fue pregonero: en la Semana Santa
de 1985 siendo el primer rinconero en hacerlo, en el I pregón de los Dolores
Gloriosos en 1996 y el primero de ellos cuando siendo niño predicó un Evangelio
animado por el entonces párroco, Rafael Escalante.
Igualmente
realizó en su pregón un recorrido autobiográfico por su vinculación y servicios
prestados a la hermandad en la que solo le falta en palabras del propio pregonero
haber sido costalero y Hermano Mayor. Alusiones también en su pregón a la
composición creadas para el coro de la Hermandad con especial detenimiento a la
Salve Dolorosa en su trigésimo aniversario. Explicó cómo surgió la inspiración
de componerla y desglosó las emociones que siente cuando el coro la entona en
los actos de la Hermandad. Igualmente tuvo palabras para la coral y a la
composición “Rinconada flor de lis” también creación suya que recibe a la
Virgen en su salida procesional. Recuerdo emocionado a los hermanos ya
fallecidos; vivencias del pregonero en los pasados 15 de septiembre y un
recorrido por las advocaciones marianas que más han marcado su vida cristiana
fueron algunos de los otros temas que haciendo gala de su dominio de la lírica,
el pregonero declamó desde el atril.
Tras
el preceptivo “he dicho” con el que culminaba su pregón, Lérida Yébenes recibió
de manos del alcalde y del hermano mayor de la Hermandad, Ricardo Aguilar un
azulejo en recuerdo de su XXIII pregón de los Dolores Gloriosos. Así mismo, el
coro de la Hermandad también quiso rendir homenaje al pregonero de este 2018
por su dedicación, esfuerzo y compromiso con él, así como, por las
composiciones musicales que el pregonero ha dejado para la posteridad.
Precisamente, un recital del coro de la Hermandad junto al altar de la Purísima, ponía broche de oro a una noche de emociones y recuerdos que supo revestir magistralmente de sentida lírica José Lérida Yébenes.