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El Rinconada se impone en Albaida en un partido demasiado bronco en el que los hombres de David Sánchez tuvieron que ponerse el mono de trabajo
Nadie en el Rinconada pensaba que el partido iba a ser fácil
por mucho farolillo rojo que tuviera enfrente. El Albaida trato de agradar al
escaso público presente en las gradas del San Sebastián y, por momentos, sobre
todo en la primera parte, le comió el terreno a todo un aspirante al ascenso.
Los rinconeros comenzaron dominando, pero pronto
comprendieron que os aljarafeños no iban de comparsa y que iban a tener que
sudar si querían que los tres puntos se volvieran al Nuevo Ramos Yerga. David
Cuevas remató al larguero, en un jugada invalidada por fuera de juego por Vida
López, el árbitro de la contienda, que pitaba muy tarde por la lentitud de sus
auxiliares en marcarle jugada. Los locales también gozaron de alguna
oportunidad, la más clara un remate que Tete sacó bajo palos con Jairo batido.
Además, ganaban la espalda a los rinconeros con relativa facilidad, pero cuando
se asomaban al área del arquero visitante se les hacía de noche.
En la segunda parte, el Rinconada salió a por todas. La tuvo
Cuevas pero Peluca le sacó el balón bajo palos y, poco después, al fin llegaría
el ansiado gol. Los de David Sánchez aprovecharon que los locales empezaron a
flaquear físicamente y en una contra mortal de necesidad, David Cuevas sirvió a
Barriga para que anotara el primero. Bernardo, el arquero del Albaida, llegó a
tocar el balón, pero no pudo evitar que éste besara las mallas.
Más por orgullo que por capacidad y fútbol, los de Juanma
Salazar trataron de reaccionar, incluso marcaron un gol, aunque la jugada
estaba previamente invalidada por fuera de juego, otra vez señalizado demasiado
tarde. Los minutos pasaban y los rinconeros vivían cómodos, sin apuros, aunque
con una renta demasiado corta. Las fuerzas del colista flaqueaban y, en cada
falta, se formaba una trifulca, con algunas entradas feas de los locales y
nervios a flor de piel.
En el 82, una nueva galopada entre Manu Cortés y Cuevas, sirvió para que la pelota llegara en boca de gol a Luis Benito, que estrenaba su cuenta con los rinconeros y ponía la tranquilidad en un marcador que ya no se movería, y que permite a los rinconeros sumar de tres en un campo que, a tenor de lo visto, no va a ser nada fácil para los rivales.