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El San José pierde en Rota con la baja de Álvaro, que causa baja por motivos laborales, y Marcos, que se retiró lesionado, lo que deja al San José con lo justo para afrontar lo que queda de temporada
El San José construyó un proyecto
ilusionante en verano. Un equipo que, aunque se veía descompensado, daba miedo
observar su potencial ofensivo y los variados recursos que atesoraba en ataque.
Pero primero Saborido, luego Edu Calderón y finalmente Álvaro, han abandonado
la nave cañamera y, en la actualidad, sólo Lobo queda como referencia ofensiva
del inicio, escoltado por Kisko y Luis que, en los albores de la temporada,
eran jugadores que no iban a tener muchas oportunidades. Por medio apareció
Roberto, pero su estancia con la elástica azulina fue un mero espejismo que
duró tres semanas.
Además, fuera de la vanguardia, otros
futbolistas decidieron emprender una aventura lejos del Felipe del Valle, como
Alvi, Óscar o Martín, mientras que llegaron Selu (que fue sancionado cinco
partidos el día de Peñarroya) y Casimiro.
Frente al Rota, los cañameros
dieron la cara, pero se volvieron de vacío. Tras una primera parte en la que la
igualdad fue la tónica dominante, Orihuela anotó el primer tanto para los gaditanos,
Rubén empató de falta directa y Miguel, a ocho minutos del final, marcó a
puerta vacía el 2-1 definitivo que deja a los de Maldonado en zona de nadie.
Los rectores cañameros buscaban un central, búsqueda que podría ampliarse a un delantero con la baja de Álvaro. Bien haría en fichar porque la permanencia, ni mucho menos, está cerrada, y ya hay aficionados de los que llevan muchos años siguiendo al club, que comparan esta edición con la campaña 2002-03, en la que el equipo aspiraba a algo grande en Tercera división, se fue desmantelando pensando que la salvación estaba conseguida, y acabó descendiendo a Preferente.