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El Rinconada golea al Sanlúcar y recupera el liderato tras los pinchazos de Pilas y Puebla ante Campana y Cazalla, dos rivales que luchan por no descender
Alcanzar la Primera Andaluza no
se dirime en duelos directos, sino en la capacidad de encontrar la regularidad
necesaria para no pinchar ante los equipos de abajo. La fiabilidad del
Rinconada en esta campaña en ese sentido es espectacular. Puede golear o ganar
sufriendo, incluso con alguna dosis de fortuna, pero no falla. Y sus rivales en
la carrera del ascenso no pueden decir lo mismo.
Después de que los duelos
directos hicieran humanos a los de David Sánchez, el equipo ha retomado su
dinámica de resultados, porque la de trabajo nunca cambió y ha mantenido el
Leonardo Ramos como un fortín, donde pescó el Pilas, sí, pero donde todos los
demás han salido goleados. Le pasó al San Juan (5-0) y ayer al Sanlúcar (6-2).
Sin embargo, tanto el Puebla en Cazalla, que se dejó remontar un 0-1 a favor
para terminar perdiendo 3-1, como el Pilas, que perdía por la mínima en La
Campana, dos equipos que pelean por no descender, no pueden decir lo mismo que
los rinconeros y, fruto de ello, los blanquiazules vuelven a ser líderes de su
grupo de Segunda y vuelven a ser, por méritos propios, los principales
candidatos a subir de categoría.
Ante el Sanlúcar, los de David
Sánchez tardaron solo tres minutos en abrir el marcador. Moi, uno de los
flamantes fichajes, remataba libre de marca en el área chica para adelantar a
los suyos. Luego, empezó el festival goleador de David Cuevas, que puso el 2-0
tras un espectacular saque de puerta de Jairo y luego el 3-0, con el que se
llegó al descanso.
En la segunda mitad los aljarafeños acortaron distancias en el primer minuto de juego, pero de nuevo Cuevas, que firmaba otro hat trick para celebrar el premio recibido de Radio Rinconada el jueves anterior como mejor jugador del equipo, ponía el cuarto. Luego Rupe hacía el quinto y, aunque los visitantes volvían a recortar, Molina cerraba un set para los rinconeros, que les permite volver al liderato y volver a meter miedo a sus rivales.