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El San José gana a La Palma del ex entrenador cañamero, estrena su casillero de victorias en la segunda vuelta y sale de la zona de descenso para afrontar, con otro ánimo, la visita de la próxima semana a Cartaya
Máxima expectación en el Felipe
del Valle con la visita de La Palma. El morbo lo ponía la vuelta de Dioni
Arroyo, que las últimas dos campañas dirigió al San José, al Felipe del Valle
como entrenador del cuadro onubense. Pero más allá de curiosidades, lo más
importante era la necesidad imperiosa de ganar para un equipo que se había
metido en zona de descenso tras perder una semana antes en El Viso. Maldonado
no tenía más cera que la que ardía, con las bajas por sanción de Selu y Ernesto
y salió a morir matando, presionando la salida del balón visitante que, según
el manual del técnico, tiene que ser en corto. Por eso, los cañameros salieron
a morder y pusieron de manifiesto las carencias de La Palma, empecinada en
hacer lo que se afanaba en conseguir el once azulino con Arroyo en el
banquillo.
Ya en el primer minuto de juego,
el San José tuvo una ocasión inmejorable para adelantarse ne el marcador,
aunque el primer gol llegaría en el 26. Y vino rodeado de polémica. Dani sacó
un centro desde la izquierda que se estrelló en el cuerpo de un defensor que se
quedó en el suelo. El lateral no echó el balón fuera, sino que lo sirvió a la
frontal donde Pedro Varona de disparo seco a la cepa del poste puso el primero
en el electrónico.
Por después, Martínez Tirado, el
granadino encargado de impartir justicia, paró el juego porque Saúl, el juvenil
de la localidad que retornaba hace un par de semanas del Coria, se lesionaba de
gravedad. El árbitro escucho crujir la rodilla del futbolista en un mal giro,
como también lo escucharon en el banquillo.
En los últimos compases del
primer acto fueron los palmerinos quienes rondaron la meta de Álex, que se
mostró muy seguro, y esa dinámica se prolongó en la segunda parte hasta el
minuto 70, en el que Kisko entró en el área y fue derribado por un defensor. El
penalti lo desvió, al propio Kisko, que se afanó en tirarlo, el cancerbero Luis
a córner. Nervios en la grada que se disiparon en el saque de esquina, que
remató con la testa el propio Kisko al fondo de las mallas. Y diez minutos más
tarde, Casimiro llevaba a las gradas la tranquilidad absoluta al conseguir el
3-0. Emotiva celebración en la banda con su madre, enferma de cáncer, y
presente en el estadio para dar ánimos a su hijo.
En el 87, los palmerinos acortaron distancias por medio de otro ex cañamero, Manu Cruzado, aunque no tuvieron tiempo para más. Con este triunfo el San José se aúpa al décimo segundo lugar de la tabla, con dos de renta sobre los puestos de descenso antes de visitar a un Cartaya que ganaba en el campo del Atlético Algabeño.