Lo atípico de la temporada ha hecho que los plazos se ralenticen, que los refuerzos se realizaran con cuentagotas, más espaciados en el tiempo, lo que, para qué engañarnos, me hacía dudar de las prestaciones que pudiera tener un plantel que, por otro lado, había perdido a los que quizás fueran sus dos mejores jugadores el año pasado, seducidos por propuestas de Tercera división. Sin embargo, el trabajo de ‘Che’ y de la secretaría técnica azulina, que este año ha unido al incombustible ‘Sheriff’ a Jorge Bayón, ha completado un plantel que invita, cuanto menos, a estar ilusionados, aunque luego el balón sea caprichoso y te acabe poniendo donde tengas que estar.

El San José comenzaba el verano con el adiós de Lobo y Álvaro Lora, un mazazo para los aficionados, al ser jugadores determinantes y muy queridos en el Felipe del Valle. Coria y Castilleja, en Tercera, eran sus destinos. También se anunciaban las bajas de Jurado, cuya segunda etapa en la entidad no tuvo el brillo de la primera, y de Varona, que rebosaba calidad, pero sólo la destilaba a cuentagotas. Las altas, por aquel entonces, no presagiaban buenos augurios. Mimi, un viejo conocido, tras superar una grave lesión, Chuli, que venía de no jugar el año pasado, Juli, con un pasado prometedor que llegaba tras una participación testimonial en el Algabeño el pasado ejercicio, y Sergio, que aterrizaba en el Felipe del Valle desde el Alcalá.

Sin embargo, como sabe más el diablo por viejo que por diablo, y en el San José la misma figura lleva siendo responsable de los fichajes desde el siglo pasado, se lo tomaron con calma, centrados prioritariamente en mantener el bloque del pasado ejercicio sin más fisuras.

Renovaron los porteros, Álex y Sebas, que garantizan la protección del arco. En la derecha, se quedó el canterano Pablo, que creció partido a partido el año pasado desde que se le dio la oportunidad y se quedó Juan, en un principio para alternar esa demarcación con la de mediocentro, aunque visto el último lienzo cañamero, parece abocado a quedarse en ella. Luego llegaría Selu, otro viejo conocido que se puede desenvolver ahí, aunque me da la impresión que Che lo va a explotar en una zona más adelantada. En la izquierda, al retorno de Mimi se unía la continuidad de Dani y la posibilidad de desenvolver en esa demarcación a Nacho, que estuvo a buen nivel lo que pudimos verle el año pasado, y Jaime Otón, al que los años y, sobre todo, la jerarquía, los posicionan cada vez más en el centro de la zaga. Y allí, además de Juli, en el que se depositan muchas esperanzas, también está Montaño, otro de los destacados el año pasado, el propio Nacho, e Ismael, el jugador más visceral del equipo, capaz de mantener la tensión de sus compañeros durante los 90 minutos. En el doble pivote, en el esquema que le gusta a Che, no habría que desvestir santos, llevando a Montaño o a Otón, al haber alternativas. Sigue Rubén, otro de los bastiones del equipo, y el veterano Sosa, que retornaba el año pasado, aunque sin tiempo para debutar por el Estado de Alarma. Junto a ellos, Javi Collado, que el año pasado también supo aprovechar sus oportunidades, y Relaño, otro de esos fichajes que el club se ha sacado de la chistera y en el que hay depositadas muchas esperanzas. No sería descabellado ver en esa demarcación jugadores como el ex alcalareño Sergio o a Guti, aunque su radio de acción parece situarse más adelante, en la mediapunta de un 4-2-3-1 o enganchando con el ‘9’ en el 4-4-2 que más utilizó ‘Che’ el pasado ejercicio. Y para las bandas hay confianza en Saúl, que apenas podía participar el pasado ejercicio, y en Ennoury, cuya raza y compromiso quedaron fuera de toda duda. Además, llegan Chuli, con una dilatada experiencia, Emilio y hasta el propio Selu, aunque dependiendo del sistema o las circunstancias, también se puedan unir a la segunda línea los Sergio, Guti, o el propio Edu Brenes, otro de los flamantes fichajes de la entidad, con pasado en el Xerez Deportivo y el Pozoblanco el año pasado y criado en la cantera del Betis. Y por ahí también podría moverse Saborido, que ha renovado, aunque su parcela parece ser la punta de ataque, junto al propio Edu Brenes o al joven Fernando, el último en llegar. Con pasado en el juvenil del Castilleja y en el Atlético Onubense, del que tiene buenas referencias Jorge Bayón, que ha sido su gran valedor, y que ya marcó al Coria en el primer amistoso de pretemporada, en el que los cañameros, por cierto, ganaron a un aspirante de la Tercera por 2-1.

Por lo tanto, el club completa la plantilla más equilibrada de los últimos años, con dos jugadores (mínimo) por puesto, con jugadores para disponer de fondo de armario y para poder variar el sistema según las necesidades del rival y de la competición.

Como decía, cuando comience a rodar el balón cada uno estará en su sitio y el tiempo, los goles, los puntos y la clasificación pondrán a cada uno en su sitio. Pero viendo el equipo y la capacidad de trabajo del cuerpo técnico, ahora, que todos los equipos parten de cero y que todas las opciones son posibles, permítanme, al menos, estar ilusionado.