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Un San José con todo en contra saca un punto de la Ciudad Deportiva Decano del Fútbol Español ante el Atlético Onubense, que pudieron ser tres de no errar un mano a mano Selu a diez minutos para el final
El San José sacó un punto ante el
Atlético Onubense. Antes del choque se hubiese considerado un buen resultado,
porque le permite sumar y seguir vivo en la carrera por la salvación. Sin
embargo, después de que Romero Llamas pitara el final, el botín se antojaba
escasa recompensa para los méritos, y el esfuerzo titánico, de los cañameros
sobre el césped. Porque el San José lo tuvo todo en contra desde antes incluso
de llegar a Huelva y, a pesar de eso, supo sobreponerse a las adversidades y,
en un derroche de corazón, sin guardarse nada, rascó un empate que bien pudo
ser una victoria, pero David Gil sacó un mano a mano a Selu a diez minutos del
final.
En el camino hacia Huelva, uno de
los coches de la expedición azulina sufría un accidente, lo que obligaba a
retrasar el partido a las 12:30 horas. Afortunadamente, no hubo daños
personales de consideración. Juan sufrió un latigazo cervical y tuvo que ser
trasladado al hospital cayéndose de la convocatoria, el delegado, José María
España, recibió una sutura en la frente por una brecha y Conchi, la mujer de
Peña, uno de los ayudantes de ‘Che’, recibía un golpe en la rodilla y padecía
una crisis de ansiedad. Tres bajas en el camino, además de la del propio Peña,
dueño de uno de los vehículos accidentado y Joseda, el preparador físico, cuyo
coche también se vio involucrado en el accidente. A nivel personal, no hubo que
lamentar daños más graves, pero la preparación, concentración e importancia del
partido pasaron, evidentemente, a un segundo plano.
La expedición se retrasó y, con
ella, el partido. Para colmo, a la hora de inició caía un aguacero sobre la
Ciudad Deportiva Decano del Fútbol Español que venía acompañado de unas fuertes
rachas de viento que le tocó en contra al cuadro azulino durante la primera
parte. Y en el primer minuto de juego, un balón suelto en el área de Álex que
la defensa no acertó de despejar a consecuencia del barrizal que había balo los
palos, sirvió a Moyano para adelantar a los onubenses.
En ese momento, y después de todo
lo vivido, el San José, empezó a controlar el partido. A pesar del viento en
contra, de lo pesado que se ponía el campo y del esfuerzo que suponía hasta mantenerse
en pie. Las ocasiones empezaron a llegar, no con claridad, porque el campo no
lo permitía, pero los cañameros se lo dejaban todo y no vieron el balón cerca
de la meta de Álex, y si probaron que David Gil, el meta onubense, estaba
incómodo con las condiciones meteorológicas, lo que se tradujo en varios
errores que no pudieron ser aprovechados por el San José.
A medida que avanzaba la primera
parte, sin atisbo de cese de la lluvia y el viento, con el campo cada vez más
impracticable y mayores dificultades para circular el balón, los visitantes
fueron encerrando a su rival. Cada balón colgado generaba peligro por la
incertidumbre del césped y el propio esférico. El premio a ese trabajo
incansable llegaría al filo del descanso cuando un remate de Emilio lo cortó
con la mano un defensor. Romero Llamas pitó penalti y Fernando, raso, suave y a
la izquierda del portero, lograba devolver las tablas al marcador.
En la segunda parte, cuando tocaba
jugar con el viento a favor, cesó la lluvia y paró el viento, aunque el césped
seguía embarrado, muy pesado y se hacía muy difícil desarrollar el juego. A
ello había que sumar que el físico de los onubenses, más jóvenes y trabajados como
profesionales, anticipaba que a los azulinos se les podría hacer largo el
partido. ‘Che’ movió el banquillo con inteligencia, sacando a los jugadores que
estaban extenuados y metiendo piernas frescas. Otros, tuvieron que aguantar los
90 minutos porque no había relevos para todos. Especialmente, llama la atención
el caso de Relaño, omnipresente en todas las jugadas, recuperando infinidad de
balones y trazando una raya en la medular que era un bote salvavidas para sus
compañeros. Y como un titán, aguantó hasta el final.
El Atlético Onubense tuvo alguna
ocasión, generalmente a balón parado o en segunda jugada que, en este caso, no
encontraron las mallas de Álex. El San José también gozó de alguna. Fernando,
el otro hombre del partido, que volvió local a la zaga tuvo una en la que no
acertó a controlar y otra en la que se fue al suelo reclamando otro penalti
que, en este caso, finalizó con una falta en contra. Sin embargo, la más clara
de todas fue para Selu en un contragolpe que acabó con un balón al espacio que
le dejó solo delante de David Gil. El arquero, que había estado inseguro y
fallón hasta entonces, salvó dos puntos a su equipo desviando el remate a
córner.
Al final, reparto de puntos que
permite al San José seguir vivo antes de recibir en casa a otro de los gigantes
de este grupo, el Bollullos, que ahora es líder y viene de golear al Torreblanca.
Para finalizar, recalcar y recordar el esfuerzo realizado por los cañameros, con Alvi y Dani incansables en las bandas, Juli y Montaño seguros atrás, Horrillo Mimi y Emilio generando peligro constantemente. Y los refrescos, con más o menos suerte, tampoco se guardaron nada. Quizás el punto sepa a poco, pero el San José, desde el portero hasta el último hombre de la expedición, puede estar orgulloso del partido disputado en Huelva.