El Rinconada ganó un partido vital ante un señor equipo, como el Mairena, en un ejercicio de solidaridad, esfuerzo y nunca bajar los brazos a pesar de las adversidades, que no fueron pocas.

Y es que los rinconeros probaban una defensa experimental, a consecuencia de las bajas de Juanma y Gata, por lesión,  y Mario Cuder, por sanción. Además,  arriba no estaban ni Cuevas ni Sabo en el ataque. No estaba ni el entrenador, aun no firmado tras el cese de Javi Blanco, ni el presidente,  entrenador accidental, Santi Aragón, con Covid. Pero volviendo a la retaguardia, Ávalos se estrenaba tras su vuelta en la derecha, mientras que Segura y Edu de la Hera eran los improvisados centrales y Marrufo se ubicaba en la izquierda. Fue éste el protagonista involuntario del partido. En el minuto 57, en un forcejeo con el balón con Pablo, se quedaba tendido en el suelo conmocionado. Reconocía que veía doble, tenía inflamada la sien y sentía "hormigueo" en las manos y en los pies, lo que encendió todas las alarmas y obligó a parar el partido durante más de media hora, hasta que fue evacuado, con un collarín, al Centro de Salud de 'Los Carteros' y de ahí derivado al Hospital Virgen Macarena, donde se le realizó un TAC y una resonancia magnética, que descartaron una lesión grave. De hecho, al principio se especulaba que pudiera pasar la noche en observación,  pero las últimas informaciones emitidas por la entidad, hablaban de que podía recibir el alta durante la noche, un extremo confirmado por su padre horas después en las Redes Sociales oficiales del club, en las que aprovechaba para agradecer a todos la preocupación por el futbolista. Directivos, técnicos y jugadores, se sumaron al apoyo recibido por el futbolista. Mención especial tiene la actitud del colegiado, Romero Vázquez,  que permaneció todo el tiempo junto al futbolista mientras era atendido, sin retirarse de su lado hasta la llegada de los sanitarios.

Fue la lesión más grave, pero no la única en el Rinconada que, en los primeros compases de encuentro, perdió también a Migue Jiménez,  lesionado tras una entrada del ex rinconero Fernando de la Flor, ahora en el Mairena.

Los locales se defendían bien, aunque el Mairena marcó,  por medio de Pablo, si bien el árbitro lo anuló por un fuera de juego muy protestado por los alcoreños. Poco después,  Monanche, en posición legal, se plantó solo ante Álex Hormigo, que se adelantó con presteza para alejar el peligro.

En el 35, una falta cerca del vértice del área izquierda de la meta visitante, la sacó con la diestra y la rosca hacia dentro. Cucu despejó como pudo, un primer rechace lo sacó un defensor bajo palos, pero Felipe, que había relevado al lesionado Migue, acabó por mandar el balón al fondo de la red.

En la segunda parte, el Mairena achuchó de lo lindo, con la entrada de Jurado y Gómez. Al Rinconada el partido se le podía hacer largo, máxime con el esfuerzo realizado y lo justo de efectivos. Pero ahí emergió la figura de un inconmensurable David López, que se multiplicó para presionar, cortar y sacar el balón desde atrás. Fue el mejor, bien secundado por Segura y Edu, y también por Charro,  a pesar de que jugó desde muy pronto con el freno de mano echado al ver una cartulina amarilla.

Después de la reanudación del partido tras el incidente de Marrufo, Cala vio la segunda amarilla y el Mairena se quedó con diez. Eso liberó al Rinconada, que gozó de alguna buena ocasión para sentenciar el partido. Felipe, que falló en el último control para disparar cuando estaba solo; Pinto, el relevo de Marrufo, tuvo varias internadas por la izquierda, pero sus centros no acabaron de encontrar rematador; incluso Jesús,  el punta recién llegado del Atlético Central, buscó un remate que le dejó David López y que paró Cucu. Pero la más clara fue en un córner botado cerrado por David López que Cucu despejó como pudo y nadie alcanzó a empujar el rechace.

Los alcoreños intentaron un pase interior a Reda, que vio como Segura le rebañaba el balón, trataron de aprovechar una cesión comprometida de Charroba Hormigo y, sobre todo, tuvieron un intento de vaselina de Fernando que atajó Hormigo, tras un error grosero del propio arquero al despejar, que, afortunadamente,  pudo enmendar su fallo.

Al final, los puntos se quedaron en casa para empatar con Pilas y Puebla a 17 puntos, éste último fuera del descenso y seguir soñando con la salvación antes de vistar Los Caños para jugar con el Torreblanca. Victoria épica,  en cuadro y con una dedicatoria muy especial a Marrufo, que vivió el desenlace del encuentro en el hospital.