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Rector de la Universidad Pablo de Olavide: “Las universidades debemos dejar de ser torres de marfil para convertirnos en instituciones de cristal”

Desarrollo económico |

Francisco Oliva ha analizado, en La Rinconada 20/30: LR30 Ideas para un mundo en transformación, los retos a los que se enfrentan las universidades en materia tecnológica, de igualdad y mundo laboral y ha explicado el papel de la UPO en este sentido, una institución que cumple 25 años y que reúne cada año en sus aulas a más de 11.000 estudiantes

La Hacienda Santa Cruz ha acogido el encuentro con el rector de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), Francisco Oliva, con el periodista Juan Carlos Blanco en el marco del programa La Rinconada 20/30: LR30 Ideas para un mundo en transformación, que lleva a cabo el Ayuntamiento de La Rinconada, con la colaboración de elDiario.es Andalucía, y que cuenta con profesionales del plano político, educativo, sindical, empresarial, medio ambiental o tecnológico. Este proyecto cuenta con financiación del Plan Contigo de Diputación de Sevilla. 

La delegada de Desarrollo Económico, Raquel Vega, ha presentado el encuentro y ha destacado el Ayuntamiento de La Rinconada mantiene desde hace más de 15 años convenios de colaboración con la Olavide. Con respecto a Francisco Oliva, la delegada ha destacado que es doctor en Derecho, profesor titular de Derecho Civil, ha realizado diferentes estancias de investigación en universidades y centros de prestigio internacional, ha dirigido su actividad investigadora fundamentalmente al ámbito del Derecho de la contratación, de la responsabilidad civil, familia, sucesiones, Bioética y el Bioderecho, así como los derechos de la personalidad. Es autor de más de setenta publicaciones en forma de monografías, manuales y artículos en revistas y obras colectivas.

Juan Carlos Blanco ha iniciado el diálogo preguntando a Oliva por el éxito de una institución universitaria que tan sólo tiene 25 años, la más joven de Andalucía y la segunda más joven de España. El rector de la UPO ha destacado que pivotan en torno a tres ejes fundamentales. Un primero marcado por la docencia de calidad, con un nivel de alumnos por clase de en torno a 60 que luego subdividen en grupos de trabajo. “Tenemos la menor tasa de abandono de Andalucía porque trabajamos de manera más personalizada con el estudiante que otras universidades”. El segundo eje gira en torno a la investigación. “Una universidad que no apuesta por la investigación de calidad y excelencia es una universidad que está condenada a no jugar el papel del conocimiento que es lo que da el signo distintivo”. El tercer eje es la internacionalización. “Una universidad debe ser local e internacional a la vez, tiene que mirar al entorno, pero también a la internacionalización porque en el globo es donde está el conocimiento, el intercambio de buenas experiencias”.

El rector de la UPO también ha abordado el papel de las mujeres en la universidad, con una baja representación en las cátedras y en determinadas áreas de especialidades de ciencias. “En la universidad española el 56 por ciento del alumnado son mujeres, pero hay una enorme concentración en las carreras de humanidades y mucho menor en ciencias, tecnologías matemáticas...”. Oliva ha subrayado que la ausencia de referentes femeninos, ocultados históricamente, implica que las mujeres piensen que no están capacitadas para esas especialidades. “Tenemos que empezar desde los colegios a decirles a las niñas que pueden hacer lo que quieran, igual que un niño, naturalizarlo. En Andalucía solo hay dos catedráticas de ingeniería de software, una es de nuestra universidad”. Ha destacado campañas como No More Matildas para dar visibilidad a la mujer en la ciencia.

Con respecto a la Inteligencia Artificial y su papel en las universidades, el responsable de la Olavide ha hecho hincapié en que “una universidad que le dé la espalda a la tecnología está muerta, no tiene futuro”. También ha destacado que junto a una buena formación se debe fomentar las soft skills, “la capacidad de hablar en público, trabajar en equipo, razonar en base a documentos, todo esto es tan importante como tener una buena formación académica, y eso no te lo va a dar la inteligencia artificial”.

Así, frente a la visión catastrofista de la influencia en la juventud de las redes sociales, el móvil o las nuevas tecnologías en general, Francisco Oliva se define como “antropológicamente optimista” porque la gente que sale de la universidad “es mejor que en mi época, tienen idiomas, experiencia en el extranjero, mayor resiliencia, conocimientos tecnológicos. Pienso que cada vez estamos evolucionando y sacando mejores estudiantes en nuestra sociedad”.

“El gran valor añadido que debe dar la universidad respecto a otras formaciones, que son igualmente importantes, es el espíritu crítico, la formación en valores, la capacidad de razonar de una forma libre. Ahí reside la autonomía y la libertad de las personas y eso es lo que tenemos que dar, junto con una formación académica profunda en lo que cada uno decida estudiar.”, ha apuntado.

También ha recordado los duros momentos de la pandemia, pero que también supuso un avance en materia digital para las universidades, aunque aboga por las clases presenciales. “Lo importante es coger lo mejor del mundo digital y lo mejor del mundo analógico y hacerlo compatible”.

Desde la UPO apuestan por reunir en los mismos edificios a estudiantes de diferentes disciplinas, lo que crea una comunidad universitaria que da muy buenos réditos y en investigación se impulsan grupos multidisciplinares. “Las universidades debemos dejar de ser torres de marfil para convertirnos en instituciones de cristal y eso se consigue abriéndose a la sociedad, a todos y cada uno de los pueblos de la provincia de Sevilla”.

En este sentido juega un papel fundamental el compromiso social. “Somos una universidad pública y tenemos la obligación de revertir en formación e investigación, pero también acercándonos al territorio”. Ha puesto de ejemplo el proyecto Flora Tristán, residencia en el barrio de Las Letanías que se concibe como un proyecto único de innovación social o el proyecto de voluntariado a través del cual cada año, entre 400 y 500 estudiantes, colaboran con colectivos vulnerables. “Es tan potente este programa que tenemos el Observatorio Andaluz de Voluntariado donde recopilamos los datos y políticas de voluntariado de Andalucía”.

Con respecto al mundo laboral ha afirmado que “desde la universidad no podemos sacar a una persona de un perfil concreto para una empresa concreta. Tenemos que hacer un buen pull de conocimientos y disciplinas, bien aprendido y, por supuestos las soft skills”.  Alrededor de 1.300 empresas tienen convenios con la Olavide para que sus estudiantes realicen prácticas.

Por último, ha dado tres consejos a los estudiantes del IES Carmen Laffon, presentes en este encuentro: formación “cuanta más formación mayor empleabilidad y mejores empleos”; estudiar lo que realmente deseen; escoger universidades públicas.

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