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Lola Pantoja: “Si entrevistas tienes que ser humilde”

Cultura y patrimonio |

El I.E.S Carmen Laffon acogió el 14 de noviembre una parada otoñal de la Estación de Las Letras. Concretamente la de Lola Pantoja, escritora y periodista cultural.

Al iniciar el acto, el director del I.E.S Carmen Laffon, Juan Carlos Escribano, presentó a Lola Pantoja a los alumnos y quiso darle las gracias: “Es un orgullo recibir a escritores, porque detrás de un libro hay una persona de carne y hueso”.

Ella es licenciada en Ciencias de la Información y ha estado vinculada al periodismo cultural y a la rama del flamenco. Sus tres libros versan sobre eso. Ha trabajado en el Correo de Andalucía y actualmente a Radio Betis con su programa ‘En modo flamenco’.

La autora explicó con minucioso detalle cómo empezó a estudiar el flamenco: “Durante muchos años me he dedicado al periodismo cultural. Estudié Ciencias de la Información, en la rama de multimedia. Ya en la carrera, descubrí que me gustaba mucho estudiar el arte. Mi profesor me habló de un proyecto de investigación. Los artistas flamencos se ganaban la vida en el siglo XX hasta los años 60 en la Alameda de Hércules en tabernas donde los señoritos iban a terminar sus juergas allí. Había un triángulo de artistas flamencos, prostitutas y señoritos”.

Lola Pantoja describió que un señorito era todo aquel que tenía dinero para una fiesta. Ya que era una época en la que había una desigualdad social total. La clase trabajadora venía del campo y era muy pobre. Por lo que cualquiera que tenía una tienda o un bar era un señorito. Para ello, les leyó una cita de su libro para que también conocieran cómo los campesinos andaluces vivían a finales del siglo XIX. Ahí pretendían ganarse la vida cantando y la mayoría se ganaban la vida en las fiestas de los señoritos, a pesar de sus condiciones de vida: “Ellos pasaban hambre y eran analfabetos”.

Y es que, sin haber algo establecido de antemano, los flamencos buscaban a los señoritos y a sus acompañantes en una serie de bares: “Sala de la Europa”, “La Sacristía” y “Las siete puertas”.

Así describía la situación la autora: “En realidad, ahí lo que había era juerga y el ambiente era más bien humillante y denigrante. Un artista ganaba en una noche lo que un obrero en una semana o un mes para darles de comer a su familia”.

Conforme la ponencia fue avanzando, Lola Pantoja les contó rigurosamente cómo desempeñaba su trabajo y dio consejos a los jóvenes estudiantes: “Si algún día investigáis no os baséis en internet, id a las fuentes en bibliotecas y libros. Hay que ser rigurosos. Yo cuando me enfrenté a este trabajo no había nada escrito. Tuve que ir al archivo municipal y al padrón. Entonces entrevisté a gente que lo había vivido. A personas ya muy mayores. No tuve dificultades para encontrar a la gente.  Poco a poco fui entrevistando a artistas conocidos. En todas las entrevistas hay intrahistoria. Es un fenómeno muy particular.  No puedes ir como un periodista agresivo, hay que ser amable y que se olvide de que está la grabadora. Si entrevistas tienes que ser humilde. La mayoría de las entrevistas las hice en las casas de los artistas”. 

Para finalizar, Lola Pantoja le puso una canción de Rosario La Tremendita ‘Oye Mi Voz’, explicando que a dicha artista le enseñó a cantar su abuela, que era una pescadera de Triana y, por último, les leyó la última página de su libro para cerrar la sesión.

 

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