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Casimiro anota el tercer gol del San José ante La Palma y se lo dedica a su madre, enferma de cáncer, que le acompañaba en la banda
Es cierto que el fútbol se vive
con pasión y que, más en una situación tan delicada como la que se encuentra el
San José, cada gol, cada triunfo es un paso que puede ser decisivo para
conseguir el objetivo de la permanencia. Sin embargo, muchas veces la vida
relativiza las cosas y, lo que parece muy importante, pasa a ser secundario ante
los problemas reales de la vida.
Cuando Casimiro llegaba del
Brenes al San José esta temporada lo hacía con la ilusión de crecer como
futbolista, con ganas de convertirse en alguien importante para Maldonado y
contribuir, con juego y goles a cumplir los objetivos del equipo. Sin embargo,
para él, el fútbol ha sido totalmente secundario. Lo ha pasado mal esta
temporada debido a un problema familiar, de ésos de los que de verdad importan.
Su madre, enferma de cáncer, lucha contra la enfermedad y él ha centrado sus
esfuerzos en ayudarla lo máximo posible.
Puede que los entrenos y los
partidos hayan sido una vía de escape, algo distinto en lo que pensar, pero no
cabe duda que en el trasfondo, siempre estaba el verdadero problema y que eso,
sin duda, ha afectado a su rendimiento.
Por eso, el duelo ante La Palma
era especial para él. A mayores de la importancia deportiva del partido, el
hecho de que su familia, con su madre al frente, estuviera en la grada, lo
convertía en algo más importante que tres puntos o una permanencia. Por eso,
cuando entró, en sustitución de Jesús, salió con ganas y, en la primera que
tuvo, conectó un perfecto testarazo que se alojó en el fondo de las mallas de
Luis.
Casimiro corrió desde el área de
La Palma, pasó la pista de atletismo del Felipe del Valle y, en la valla de
contención que comunica con el pasillo bajo las gradas, se fundió en un abrazo
con su madre, dedicándole el tanto y lanzándole un mensaje que dice que, si el
San José puede salvar su delicada situación deportiva, ella puede ganar la
batalla en la que se haya inmersa. Y ganó la batalla, por esa felicidad que
sienten las madres cuando a sus hijos les van bien las cosas. Aunque todavía
queda guerra por librar, para el San José y en casa de Casimiro, y en ambas hay
que salir victorioso.
Quizás ese abrazo resuma todos
los valores positivos que emanan del fútbol, tan denostado por otro tipo de
actitudes. Enhorabuena Casimiro y mucha fuerza. Que con tus goles ayudes a la
permanencia del San José y, sobre todo, y lo que es más importante, que con tu
fuerza ayudes a tu madre a derrotar a la enfermedad. Mucha suerte, amigo.
Victoria dedicada a Peña
Por otro lado, el resto del equipo, y así lo manifestaban en sus redes sociales algunos jugadores, como Pedro Varona, autor del primer gol, dedicaba el triunfo a Peña, componente del staff técnico de Maldonado y que se encuentra ingresado por una pancreatitis de la que se está recuperando satisfactoriamente. El que fuera portero cañamero y rinconero dio el susto la pasada semana pero, afortunadamente, esta historia también tiene un final feliz.