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Fernando Repiso: “La novela, una vez que sale a la calle, ya no me pertenece, es de los lectores”

Cultura y patrimonio |

El escritor sevillano ha presentado su opera prima ‘6 mujeres 6’ en la Estación de las Letras’, una novela polifónica cuyo eje central es “la familia como una molestia necesaria” que reviste con seis personajes femeninos en un cóctel de humor, drama, conflictos y sucesos sobrenaturales

Con una puesta de escena original y singular, tal y como lo es la obra que se ha presentado, el espacio escénico del Centro Cultural de La Villa ha acogido un nuevo encuentro de Estación de las Letras con el escritor y comunicador, Fernando Repiso, y su ópera prima ‘6 mujeres 6’ (editorial Samarcanda) que va por su segunda edición.

Repiso ha estado acompañado por familiares, amigos y lectores, entre los que se encontraban Antonio Muñoz, delegado del Área de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, Blanca de Pablos, concejal de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Mairena, Noelia Ramírez, delegada de Igualdad del Ayuntamiento de La Rinconada, Trinidad Argota, diputada provincial de Sevilla, José Antonio Ruiz Dorado, edil de Seguridad Ciudadana del Consistorio rinconero y la delegada de Cultura de La Rinconada, Raquel Vega. También ha acudido a esta cita el club de lectura del área de Igualdad.

Vega, que sido la encargada de abrir el acto, ha señalado: “dicen que los libros y las mentes, como los paraguas, solo sirven si se abren y en este contexto la Estación de las Letras es un proyecto pionero que forma parte de una estrategia de reactivación potente, en apoyo a uno de los sectores más castigados, la cultura, y en defensa de la creación. Un catalizador de Cultura desde las páginas de muchos libros, para todas las edades y sensibilidades, una Feria con mensajes y uno de los principales es la igualdad”. Así, ha destacado de Fernando Repiso “su mirada observadora al universo femenino y la narración de una historia de seis mujeres. Un libro escrito desde la intriga por la sororidad y ante la que declara su curiosidad. Con una capacidad de abordar el drama sin renunciar a la risa y con la universalidad de la familia como eje central”.

El acto ha estado conducido por la periodista y escritora, Mercedes de Pablos, que ha iniciado la presentación afirmando que “tras este primer, llamativo, disparatado e inteligente libro, hay un oficio de escribir que es la base, la semilla, del oficio de escritor”. Y ha recordado a Valle Inclán y “los artífices de sus esperpentos” y la ‘Casa Tomada’ de Cortázar para introducir ‘6 mujeres 6’, porque “esta novela cuenta siete vidas, si sumamos a estas seis mujeres esa casa, que guarda memoria y emociones y que se convierte en un personaje más”. Una novela que es “un esperpento del siglo XXI, es decir, los espejos con los que Repiso mira la realidad han cambiado tanto como la realidad, pero el hecho es exactamente el mismo”.

Irene, Laura, Beatriz y Gloria, cuatro hermanas que se reúnen cada año para cenar, acompañadas por Gema, la hermana muerta y por la Tita, la niñera, cocinera, cuidadora, consejera de la familia. Todas con sus personalidades, biografías, historias, rencores y heridas. La herencia, los personajes secundarios, los hechos sobrenaturales van conformando una novela polifónica y multigénero. “La familia como una molestia necesaria, no perfecta, es el trasfondo absoluto de la novela”, ha explicado el autor. Un libro que luego reviste de “una temática loca y desquiciada, que tiene mucho de novela costumbrista, sobrenatural, dramática…”. Y es que Fernando Repiso, en relación a ese eje central que marcan sus páginas, ha señalado que “estamos obligados a nacer en una familia que no elegimos, crecemos, abandonamos el nido y creamos nuestra propia realidad, pero seguimos viéndonos moralmente obligados a quererlos, aunque no tengamos nada que ver con ellos”. Y en ese navegar entre querer a la familia o tal vez al recuerdo de la misma, el autor destaca que “la convivencia es complicada e implica una serie de renuncias” y eso es lo que ha reflejado con enorme talento en su novela.

Con el humor también presente en las páginas de este libro. “Tenía claro que el humor es importante, no quiere decir que la novela sea cómica, sino que va salpicando la historia de anécdotas que relajan el drama. Es que si no se hace insoportable, me gustan los conflictos intensos, pero me agotan si son continuos, así que necesito momentos que me relajen en la trama”. Otro aspecto a destacar de esta novela son los diálogos, bien ejecutados, en una obra polifónica, con seis voces, seis mujeres hablando en la misma habitación. “Para mí era un reto importante que creo que he superado y que funcionan bien y son fluidos”. En un mundo audiovisual, el autor ha buscado un equilibrio entre descripción y diálogos y cuando describe es porque tienen sentido en el desarrollo. “En la primera lectura que hice vi un texto teatral, mucho diálogo, un fin de semana en una casa, limitación espacio temporal, pero hubo quien me dijo que funcionaría y así ha sido”.

Como las ideas se presentan donde menos se las espera, Fernando Repiso estaba con un amigo en una noche de copas y hablando del núcleo familiar, del si te casas o no, del si tienes hijos o no, de cambiar de casa o no.… decidieron que la mejor forma de decidir era echar una moneda al aire y de ahí derivaron en decidirlo con una ouija y “aquello me pareció llevarlo al extremo más absurdo y de ahí surgió la idea de la novela”. Luego vino hacer una obra coral de mujeres. “Tenía claro que quería hacer una historia sobre mujeres, contar más allá de mi día a día, de mi propia vivencia. Me parecía un reto. La sororidad, ese concepto que me era ajeno antes de escribir esta novela”.

Durante el encuentro, Repiso ha definido su estilo, en esta primera obra, como “mestizo” y ha afirmado que no tienen ningún tipo de reparos en leer todo tipo de géneros. “A los que nos gusta la lectura no tenemos problemas en pasar de un género a otro. Mis lecturas y autores son mestizos y mi estilo también”.

El escritor, criado en el Polígono San Pablo, siempre fue un buen estudiante y siempre amó leer y, como suele ocurrir muchas veces, hubo una profesora, doña Concha, que dejó huella en él. Con 12 años lo pilló leyendo ‘Un mundo feliz’ de Aldous Husley y le dijo que no era un libro apropiado para su edad, pero Fernando siguió leyéndolo y, un día de examen, la profesora les hizo a todos los alumnos un examen de gramática y a él le pidió que hiciese un resumen del libro, porque sabía que lo había leído a pesar de lo que le había dicho. “La manera tan inteligente de enseñarte la lectura”. Y esas lecturas le llevaron a escribir, pero hace dos años empezó esta novela, un año y medio escribiendo y seis meses corrigiendo. Él es un “escritor de mapas”, tiene un germen de idea, le da vueltas, piensa en los personajes, hace una biografía detallada de cada uno, piensa en lo que va a pasar, secuencia, llena una pared de post-it con colores por cada personaje y luego escribe. “Soy muy organizado y sé dónde quiero llegar”.

De modo que, en este año de pandemia, complicado y terrible, Fernando Repiso ha visto publicada su primera novela, que va por su segunda edición, de la que se va a hacer una producción audiovisual con la Filmahora y de la que él mismo está haciendo el guion. Ha escrito su segunda novela, de género negro, que va a publicar una importante editorial de este país y ya tiene “en el tupper” como él mismo dice, el germen de su tercer trabajo. “Lo que quiero es escribir”.

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