Dicen, y todos estaremos de acuerdo, que es más fácil acostumbrarse al jamón que a la mortadela. Y si este refrán, muy acendrado en el ámbito deportivo, lo aplicamos al Tres Calles, podríamos decir que el equipo que preside José Antonio Ortiz, ‘Colegui’, se había asentado, consolidado, acostumbrado a la Tercer Nacional, máxime después de meterse en el subgrupo de la pelea por el ascenso.

Sin embargo, en esta última campaña, nada salió como estaba previsto. Uno de sus jugadores de referencia, Loren, decía después de varias derrotas consecutivas que “tenemos mucho mejor equipo de lo que dice la clasificación, pero por unas cosas u otras no somos capaces de sacar los partidos adelante”. Esa forma de verlo llegó a la punta del iceberg en la dura derrota del epílogo de la primera vuelta ante el Villalba FS, un rival directo por la permanencia y que endosó un 0-6 al cuadro rinconero. Al respecto, una de las voces autorizadas del club, que ha sido jugador muchos años, como Mateo, reconocía que “el partido no mostró la diferencia que reflejó el marcador, pero cuando uno no tiene el día da igual lo que hagas que nada sale bien, mientras que el contrario acierta en todo”.

El caso es que sea por lo que fuere, el equipo se fue complicando la permanencia. Domingo Ramírez tiró de contactos y el plantel se reforzó con jugadores que atesoraban una dilatada experiencia, pero eso tampoco fue suficiente y, a falta de dos jornadas, jugando en casa contra el Águila de Pedrera, otro de los rivales directos, la derrota hacía matemático un descenso que se llevaba rumiando desde hacía semanas atrás.

Varios años después, el Tres Calles volvía a categoría provincial, donde coincidirá con otro equipo local, el Cañamera Futsal, que ascendía de Tercera a Segunda Andaluza. Por la cabeza de los directos, con ‘Colegui’ a la cabeza pasarían muchas cosas, pero la conclusión es que, a veces, es necesario dar un paso atrás para coger impulso, para reestructurar el equipo, el proyecto, el objetivo y volver –ojalá más pronto que tarde- con un equipo más sólido y de mayores prestaciones para sobrevivir en la jungla de la categoría nacional.

De momento, el club ha confirmado la no continuidad de Domingo Ramírez, con el que también se marcharán la práctica totalidad de los jugadores de fuera. Por el contrario, los ADN rinconeros seguirán en el club, con el meta Antonio a la cabeza, al que han vuelto a convencer de que continúe. También seguirá Chiqui, Chino, Abraham… y alguno de los jugadores que han destacado en el filial, que no saldrá a competir en la 2023-2024.

También, la directiva encabeza por ‘Colegui’, ha elegido al capitán del barco, que será Dani Domínguez Carmona, el entrenador del filial desde que inició su andadura. Nadie mejor que él para conocer el potencial de los cachorros rinconeros y lo que pueden aportar al primer equipo. Eso sí, cuando vuelvan los entrenos, en el club están seguros que llegarán nuevos jugadores y que se hará un equipo competitivo, que tenga como objetivo pelear por todo y apurar las opciones de retornar a categoría nacional.