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El “interino sevillano”, como se le conoce en la ciudad castellano leonesa, se hacía cargo de la dirección del club de División de Honor Plata, que estrenaba su casillero de triunfos en Madrid
El rinconero Sergio Navarro, creador en la localidad del Club Balonmano La Vega y que, en los últimos años había estado trabajando para distintas escuadras del Balonmano Triana, hacía la mochila este verano y se marchaba, como segundo entrenador de Iván López al Balonmano Zamora Enamora, que milita en la División de Honor Plata, la segunda división del balonmano nacional. El técnico se embarcaba así en otra aventura para seguir creciendo personal y profesionalmente, pero los acontecimientos se han precipitado y puede que la puerta, a la que lleva años llamando, se haya abierto de golpe.
Y es que el mal inicio del equipo llevaba al primer entrenador a presentar su dimisión y obligaba a Navarro a hacerse cargo del plantel, antes del inminente duelo en Madrid frente al Balonmano Ikasa de Boadilla del Monte. El cargo de Sergio Navarro es momentáneo, de ahí que, en los medios de comunicación zamoranos haya sido bautizado como el “interino sevillano”, una situación que él asume, aunque reconoce que estaría encantado de continuar. En una entrevista en ‘La Opinión de Zamora’, destacaba que “estoy de interino, así será hasta el domingo, a partir de ahí se verá”. El entrenador no ocultó que “si el club quiere” él estaría encantado de asumir el cargo pues “igual que un juvenil quiere jugar Asobal, los que están en el deporte siempre quieren más”, pero también afirmó que él es “entrenador del club” y está centrado en “lo mejor para el equipo”. De hecho, afirmó que, hasta que le preguntaron, “no le había dado ni media vuelta”. Para Navarro, “no se puede pensar ahora en otra cosa que no sea ganar el domingo”.
Y el domingo llegó y el Balonmano Zamora Enamora logró su primer triunfo ante el BM Ikasa por 25-26, un gran logro para la entidad y un premio a la constancia y el trabajo de Sergio Navarro, cuya premisa es “dar el cien por cien en cada partido, de manera que cuando éste acabe nos tiremos al suelo reventados. No podemos permitirnos otra cosa”.
Ahora, la pelota está en el tejado de la entidad, que tendrá que decidir si ficha a un nuevo entrenador o bien le da continuidad al joven técnico rinconero. De momento, él no piensa en ello y se centra en seguir trabajando. En cualquier caso, ha demostrado su capacidad, ha conseguido cambiar la dinámica y revertir la situación y ya puede decir que ha estrenado su palmarés en la División de Honor Plata. Que le quiten lo ‘bailao’, aunque la música sigue sonando.