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5-3: Épica remontada para acercar la salvación

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El Rinconada le da la vuelta al marcador ante el Pilas para sumar tres puntos que lo sacan de la zona de descenso y reactivan las opciones de permanencia

No pudo ser más enrevesado el guion del partido del Rinconada ante el Pilas. Tras las dos últimas derrotas, los rinconeros andaban un poco de capa caída, habían entrado en la zona de descenso y había dudas respecto a la consecución del objetivo. Por el contrario, el Pilas, que estaba descendido hace tres jornadas, venía de ganar al Demo, de igualar en la tabla a los rinconeros y de volver a creer en sus opciones de permanencia. Lo que estaba claro es que era una final, en la que el vencedor obtenía una vida extra y el perdedor casi casi se caía de las opciones.

José Antonio Lara había recuperado a David Cuevas para la causa, pero había perdido a Juanma y a Migue Jiménez por sanción. Quizás la ausencia del líder de la zaga, hizo que los rinconeros no salieran tan al ataque, sino que se resguardaran más. También hizo lo propio el Pilas, priorizar en cubrirse las espaldas que en volcarse sobre la meta contraria. Y ello, a sabiendas de que el empate no le valía a ninguno de los dos.

Excesivo respeto y pocas ocasiones reseñables hasta que se desequilibró el marcador. Era el minuto 16, cuando Álex Sánchez metió un pase entre líneas a Juanca. El auxiliar de Sousa Crespo no apreció fuera de juego como le pedían desde el banquillo rinconero. El once pileño se coló a la perfección entre los dos centrales y, de primeras, buscó un toque que salvó la salida de Álex Hormigo para anotar el primer tanto de la tarde.

En ese momento, la mejor noticia para el Rinconada era que quedaba mucho tiempo por delante, pero el murmullo se había instalado en la grada del nuevo Ramos Yerga, las caras de los directivos presentes en la banda eran un poema y había quien echaba cuentas de las (pocas) opciones que quedaban si se perdía el partido.

A pesar de las urgencias, al Rinconada no le sentó bien el gol. El Pilas trató de irse arriba, mientras en los rinconeros no aparecían ni Cuevas ni David López, que eran los que tenían que tirar del carro. En el 33, el Pilas recuperó un balón en una jugada en la que el Rinconada clamaba una falta sobre David Cuevas. El balón acabó en Álex Sánchez que trató de lanzar a puerta. El balón tocó la pantorrilla de Pinto, con tan mala fortuna que el rebote le golpeó el brazo. Sousa Crespo no dudó en señalar penalti, que Paco transformó aguantando a que Álex Hormigo se venciera a su izquierda para mandarla rasa por el centro.

El 0-2 ya encendía todas las alarmas y el nerviosismo se apoderaba del banquillo rinconero, de la directiva y de la grada. La situación se complicaba sobremanera y la permanencia empezaba a difuminarse como si de una quimera se tratara.

El Pilas hacía su primer cambio, dando entrada a Nacho por un lesionado Soldán, capitán y lateral zurdo, haciendo José Manuel Fidalgo una reestructuración del equipo sobre el campo. El dato no es baladí porque, cuatro minutos después, Segura ganó espacio por la derecha sin encontrar la oposición que había encontrado previamente -con Soldán-, sacó un centro al primer palo y allí David Cuevas se anticipó al portero para acortar distancias y recobrar las esperanzas para los blanquiazules. Era el minuto 40 y, en el 45, cuando empezaban a contar los tres minutos de alargue, Segura generaba una jugada similar a la anterior. En este caso se apoyaba en Estévez para poder ganar la línea de fondo, desde donde sacó el pase al primer palo y allí, de nuevo David Cuevas, volvía a meter el pie y hacía el 2-2 haciendo desatar la alegría en las gradas, que volvían a creer que la victoria y la permanencia eran posibles.

Y la épica se consumó, de la mano de la remontada, con tintes de milagro, antes del descanso. Era el minuto 48 cuando Buzón encaró a su par, caracoleó un par de veces y no se lo pensó lanzando un zapatazo imparable para Jesús. Ahora era Soldán el que se retorcía en la bocana de vestuarios y los rinconeros los que celebraban por todo lo alto, cambiando el estado de ánimo de fúnebre a festivo y trasladando, de manera inversa, las sensaciones a su rival.

En la segunda parte, fue el Rinconada el que salió enchufado y el Pilas quien acusó el golpe. En el minuto 50, Buzón repitió la jugada del 3-2, marchándose de cuantos le salieron al paso, hasta que fue trabado dentro del área delante de Sousa Crespo. Penalti que no perdonó David López para poner el 4-2 y dar tranquilidad al Rinconada.

De ahí al final, no hubo mucho que contar. Los rinconeros no tuvieron excesivo sufrimiento, más que algunas jugadas a balón parado. Por el contrario, pudieron hacer daño en alguna ocasión, pero, quizás lo mejor que podía decirse, es que el tiempo pasaba con nada destacable, con un Pilas excesivamente cansado.

En el 90, cuando empezaba el alargue, un balón colgado desde la izquierda, lo remató Salado, poniendo el 4-3 en el marcador, justo antes de que, desde el banquillo del Rinconada, mostraran el cartel que anunciaba seis minutos de alargue.

Tocaba sufrir hasta el final, con seis minutos para mantener la ventaja. Pero el Pilas estaba muy cansado. No se había guardado nada y, en su afán por intentar buscar una ocasión para empatar, cometió un error, fruto de la precipitación, y Estévez aprovechó para cerrar el marcador, anotando el 5-3 y acercando la permanencia.

Frente al Pino Montano, el próximo partido, ya están los tres puntos en el bolsillo. Cuando pase la jornada, los rinconeros podrían haber superado al Algabeño y al Mosqueo. Éste es el camino.

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