La Diputación de Sevilla ha reconocido al guitarrista por sus 50 años de trayectoria, en los que ha contribuido a engrandecer el flamenco, dejando una huella imborrable, y por contribuir a su difusión y preservación para las generaciones futuras
Medio siglo dedicado al flamenco, a la guitarra, cincuenta años han pasado desde que Carrión de Mairena, su padre, le comprase su primera guitarra en la tienda sevillana de los Hermanos Lozano. Tenía entonces Antonio Carrión tan sólo diez años, la misma edad que tiene su nieto Francisco, al que Antonio también ha regalado una guitarra y al que ya se le ve que ha heredado el talento de su abuelo.
Hijo adoptivo de La Rinconada, da nombre a la Casa del Flamenco, una carrera imparable que ha sido reconocida con la Medalla de Oro de la Provincia de Sevilla. Así, Diputación de Sevilla ha reconocido al guitarrista por sus 50 años de trayectoria, en los que ha contribuido a engrandecer el flamenco, dejando una huella imborrable, y por contribuir a su difusión y preservación para las generaciones futuras.
Ambiente festivo y lleno a rebosar. La Diputación celebraba una nueva gala del Día de la Provincia de Sevilla de 2025 en el Cartuja Center, donde hacía entrega de los reconocimientos a las personas y entidades que, por su trayectoria, merecían dichas distinciones.
Los reconocimientos con las medallas de oro de la provincia en la edición de 2025 recaían en personalidades y entidades del mundo de la cultura y el arte, del deporte, la docencia, la medicina, la cooperación o la empresa, entre otros. Todos ellos destacaban por sus aportaciones, por su liderazgo y por la excelencia en las actividades que desarrollan, así como por su compromiso con la difusión de la historia y los valores de Sevilla.
Y nuestro Antonio Carrión ha sido uno de los premiados. “Son 50 años en los escenarios que se me han pasado como si fueran un año. Recuerdo cuando me inicié acompañando a mi padre Carrión de Mairena. Gracias a él, que me puso en este camino tan bonito y tan cultural, he podido disfrutar de hacer lo que me gusta el flamenco y la guitarra”, señalaba Carrión al recoger el galardón. También refería que, a pesar de echar de menos a su familia, su tierra y “los pucheros de mi mujer”, cuando viaja por los cinco continentes, “hago lo que me gusta, llevando nuestro flamenco por el mundo. Lorca decía que un pueblo sin cultura no era nada y yo soy un gran defensor de la cultura y el flamenco”.
Quiso dedicar el premio en primer lugar a su padre, “la primera persona que acompañé con mi guitarra”, a sus hijas, mujer, hermanos, madre y a “todos los cantaores y todas las cantaoras que he acompañado todos estos años”.
¡Por 50 años más, Maestro!