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Unos 80 menores de entre 5 y 12 años han participado en esta edición marcada por el XXV aniversario de la Expo 92
El descanso vacacional es esperado por los pequeños de la casa, pero al mismo tiempo es temido por los padres en el caso de que ambos trabajen y la conciliación laboral sea difícil de lograr. Facilitar precisamente esta conciliación al menos durante parte del verano, es uno de los objetivos del Campamento Urbano que un año más, el área de Juventud del Ayuntamiento de La Rinconada. Además de este objetivo enfocado a la familia, con este campamento se busca trabajar la imaginación de los menores participantes, así como desarrollar su capacidad creativa. Todo ello combinado con una serie de aspectos más transversales como la educación en valores, la promoción de la autonomía y la cohesión grupal.
Han sido 81 los menores de entre 5 y 12 años los participantes en esta actividad que durante estas semanas estivales han tenido su centro de actividades en el CEIP Júpiter. Pero no todas las actividades se han desarrollado en el centro, también han tenido salidas al Museo de La Rinconada, a la piscina municipal, convivencia en el parque Dehesa Boyal y en el Majuelo, talleres de arte, creación, cerámica, cocina, nuevas tecnologías…todo organizado en semanas temáticas entre las que ha destacado la dedicada a la Expo 92 en su XXV aniversario.
El cierre de este Campamento Urbano ha estado marcado
por el baile y la música. El último día, padres, madres y familiares acudían a
las pistas del colegio donde más de 60 participantes hicieron varias
coreografías acompañados por el equipo de monitores que durante estas semanas
les han coordinado todas las actividades. Demostraron así ante sus familias que
habían aprovechado y de qué manera su paso por el campamento. La delegada de
Juventud, Mercedes Bueno, acudió a este evento final y se mostraba muy
satisfecha con el programa “se ha desarrollado con total normalidad, hemos
facilitado la conciliación familiar ahora que los niños y niñas no tienen
colegio y sobre todo los menores han disfrutado y aprendido mucho. Estoy segura
de que han hecho nuevas amistades y han reforzado valores importantes para la
convivencia y para su propio desarrollo personal”.
Tras la clausura, las familias se marchaban pero no el grupo de 65 participantes y sus monitores que iban a pasar la noche en el interior del colegio. Una gran cena final de despedida y una fiesta del pijama en las instalaciones deportivas del centro ponían el punto final a esta edición 2017 del Campamento Urbano.