El Ayuntamiento mantiene las becas de comedor durante el periodo estival y el alcalde, Javier Fernández, recuerda que “ningún niño y niña se va a quedar sin comer”
El Ayuntamiento de La Rinconada ha renovado un año más su programa de garantía alimentaria para las familias más vulnerables del municipio en el periodo estival, en el que los comedores escolares permanecen cerrados. Así, desde la institución local encabezada por Javier Fernández, se entregarán unos vales con un importe económico canjeable por alimentos en un establecimiento local. El Consistorio ha optado por este sistema en lugar de abrir los comedores escolares en verano, ya que “el impacto social es mayor al abarcar a toda la unidad familiar”, destaca el responsable municipal de Bienestar Social, Antonio Marín.
Como explica el propio Marín, que también asume las
competencias municipales en materia de Educación, “los comedores escolares son
herramientas de conciliación que se suman a otras iniciativas, como las aulas
matinales, para las que tienen prioridades los niños y niñas cuyos padres y
madres están trabajando”. “Entre las plazas, continúa, se reservaba un
porcentaje previamente establecido para casos de especial relevancia social y
casos de violencia de género”. Desde hace unos años, la Junta de Andalucía
implantó un programa específico denominado SYGA para que el alumnado más
vulnerable tuviera acceso a una plaza de comedor que asegurase su alimentación
diaria.
El plan SYGA abarca el curso escolar, de septiembre a
junio, lo que plantea la problemática de qué hacen los niños y niñas con
mayores dificultades durante los meses estivales. Las alternativas son que siga
abierto el comedor o, como han hecho el Consistorio rinconero, “por una
cuestión puramente ideológica que fomente la igualdad y la no discriminación”,
crear unos vales con una cuantía económica que se puedan canjear en un comercio
local por productos de primera necesidad. Como subraya el primer edil, “esta
medida posee un carácter integrador que dignifica a quienes la reciben, que
agradecen profundamente el anonimato”.
En total, el número aproximado de menores que se benefician de esta iniciativa municipal es de 231, lo que amplía la repercusión a más de 600 personas, al estar incluidas el resto del núcleo familiar, según se desprende de las unidades padronales. El coste para la institución local es de 31.000 euros.