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1-0: Un golazo de Mateos decide el derbi

Deportes |

Los tres puntos se quedaron en San José en un partido muy igualado en el que el Rinconada acabó encerrando a su rival

Cuarta entrega de ‘El Gran Derbi’, como se ha acuñado este partido, que vivía la vuelta de Liga tras una ida en el Nuevo Ramos Yerga solventada con victoria cañamera (0-3) y un doble duelo en la Copa RFAF con victoria azulina en la ida (1-2) y rinconera –clasificación incluida-, en la vuelta (0-2).

En esta ocasión, ambos llegaban en un buen momento. El San José con 14 partidos sin perder, a un solo envite del mejor registro histórico, en manos de Cristóbal Mejías, el año que el equipo ascendió a Tercera en el Ramón de Carranza. El Rinconada sumaba tres victorias por la mínima y nueve de nueve, desde la llegada de José Antonio Lara. Nadie quería perderse el partido y, por ello, en las gradas estaba el alcalde, Javier Fernández, acompañado por los ediles de Deportes, Rafael Fernández, y Hábitat Urbano, José Manuel Romero Campos; así como los presidentes del San José, José María Rojas, y Rinconada, Santiago Aragón, y el máximo responsable del Club Esfubasa, Antonio Vargas, invitado de excepción en el palco cañamero.

De antemano, se esperaba, y así se manifestaban los entrenadores en la semana previa, que el césped natural fuera determinante y que, conforme fueran pasando los minutos fuera teniendo mayor incidencia en el juego. No hablaron, quizás porque no se esperaba, pero pareció e influyó mucho, del viento, que fue un aliado para los azulinos en la primera mitad y para los blanquiazules en la segunda.

De inicio, el San José sacó un once muy reconocible, con la presencia como titular de Mimi y con Iván bajo palos. Sí cambió mucho más José Antonio Lara, que no alineó de inicio a su capitán, Charro, ni a Pinto, que había estado muy bien ante el Montequinto. Además, introdujo a Ávalos como titular en posición adelantada buscando ese gen competitivo de quien acumula experiencia y vive de manera especialmente intensa este tipo de partidos. El mismo motivo por el que Josito Hernández dio entrada a Mimi. Pero ninguno de los dos tuvo especial incidencia en el juego. De hecho, fueron el primer cambio en los dos equipos.

La primera mitad fue del San José. Después de un acercamiento que acabó en un centro que se paseó por el área de Álex Fernández sin encontrar rematador, el Rinconada, a balón parado, primero con una falta sobre Corriente en el vértice del área, y después con un córner botado muy cerrado, obligó a lucirse a Iván ya la defensa a multiplicar esfuerzos. Pero después de eso, fueron los locales quienes asumieron el mando del partido y empezaron a rondar la portería rival. En el minuto 20 iba a llegar la jugada clave del partido. Un balón que trabaja Said, que pone el centro a Mateos que estaba lejos de la portería y sin compañero al que darle la pelota. El breñero, sin dejarla caer, sacó un zapatazo espectacular que se coló sin que el guardameta pudiera hacer nada. Se leía en los labios de Carlos Ávalos… “ante ese tiro no se puede hacer nada”.

Bien porque la ventaja le dio alas o porque la desventaja hizo que aparecieran dudas, o quizás por aquello del viento a favor, el San José vivió sus mejores minutos, dominando con claridad y haciendo sufrir al Rinconada. El trivote que había colocado Lara con Jesús Romero, David López y Antoñito no funcionaba y el San José adelantaba la línea defensiva para que Cuevas y Corriente tuvieran que desenvolverse lejos de la meta de Iván. Las ocasiones se sucedieron y Álex detuvo un remate a bocajarro a Said y Mario Cuder sacó bajo palos el rechace a Mimi cuando se cantaba el gol en el Felipe del Valle. Said siguió muy activo, como Pepe Calderón, que probó fortuna desde lejos encontrando al portero.

Hubo una jugada polémica en un balón dividido que acabó en falta de Manu Gallardo. El central vio la amarilla, pero en el propio banquillo del San José, reconocía que el color era naranja oscuro. Sousa Crespo dejó la jugada en amonestación.

La segunda parte empezó con el San José por delante en el marcador, pero con el Rinconada jugando con el viento a favor. José Antonio Lara cambió el sistema, ubicando una línea con tres centrales y dos carrileros, para abrir el campo y buscar ayudas de los laterales cuando se unían las líneas en la medular. Además, cambió a Ávalos por Kaki y, por después, en un doble cambio cantado, sacó del campo a Jesús Romero y Antoñito y metió a Charro para hacer de escudero de David López, y a Benavides para ser el alter ego de David Cuevas. Con ello, las fuerzas en la medular se igualaron y, con la ayuda del aire, el Rinconada empezó a encontrar huecos, con balones al espacio y a la espalda de la defensa. Cuevas se marchó un par de veces de Manu Gallardo, y en ambas acabó en el suelo protestando un segundo cartón amarillo para el central que Sousa Crespo no mostró. Eso sí, el Rinconada olía sangre en ese costado y Josito, que intentaba aguantar a ver si se reducía el ímpetu de su rival, optaba finalmente por retirar al ex del Bellavista y meter en el campo a Jesús Sánchez, el último fichaje cañamero, que ha llegado al equipo desde el Montequinto.

Conforme pasaba los minutos, el Rinconada arriesgaba más y al San José le entraban más dudas. Los balones aéreos rondaban los dominios de Iván, que se hacía poderoso por arriba y no hacía ningún tipo de concesión. Una jugada de Felipe, otro de los que entró de refresco, por la derecha, acabó en un centro a Cuevas que disparó al muñeco, cuando tenía toda la portería para él. Fue la más clara del Rinconada, que poco después tuvo otra de Benavides, que también abortó la defensa cañamera.

En los últimos minutos, Selu vio la segunda amarilla y el San José, como ya le pasara en San Jerónimo con el Demo, acabó el partido con diez. Eso hizo volcarse más al Rinconada, pero los de Josito supieron defenderse uniendo líneas, gestionar el tiempo con figuras clave como la de Alemán, que volvió a ejercer de maestro de ceremonias e, incluso saliendo en alguna contra, donde Pepe Calderón lanzó mu alto después de que Dani Sánchez no acertara a rematar un balón suelto en la frontal.

El acoso rinconero en el epílogo era más con el corazón, por el viento, por la superioridad, por lo exiguo del marcador… que por clarividencia arriba. Al final, Sousa Crespo pitó el final y el San José lo celebró como si de un ascenso se tratase. Y es que la victoria vale oro, porque quizás, visto lo visto, lo más justo hubiera sido un empate. Eso lamentaba el Rinconada, que reclamaba mejor suerte pero que ya piensa en su próximo envite, en el que recibirá, nada menos, que al Utrera B, el líder destacado de la categoría. El San José, por su parte, no lo tendrá más fácil, teniendo que visitar el Ciudad de Alcalá para verse las caras con el equipo de Carlos Conejero, que es quien le precede en la tabla.

El gran derbi se decidió en una jugada aislada, pero qué jugada, qué golazo el que se sacó de la chistera Mateos, que podrá decir que una jugada suya, dejó tres puntos en el Felipe del Valle que quien sabe si serán determinantes para optar a los Play Offs y al ascenso a División de Honor.

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