A través de nueve piezas, el artista rinde homenaje a la mujer en todas sus formas: belleza, fortaleza, valentía, y compromiso, todo ello a través de esculturas realizadas con miles de tuercas, demostrando talento, técnica, destreza, habilidad y sensibilidad. Hasta el 19 de octubre
Nueve piezas creadas con tuercas que muestran con gran realismo el cuerpo humano, es lo que el público encuentra en la exposición que hasta el próximo 19 de octubre alberga la Sala Maga. Se trata de ‘Pinceladas de metal’ del escultor Carlos Cid García y con la que el artista rinde homenaje a la mujer en todas sus formas: belleza, fortaleza, valentía, y compromiso. Desafía las cadenas impuestas por la historia y reivindica la igualdad que siempre ha sido suya con la obra ‘Sensualidad esculpida’.
Cada obra es un cuadro tridimensional que trasciende lo visual para conectar con lo emocional. El escultor le invita a que su obra no solo se contemple, sino que se viva y se sienta. Cada brillo, cada silueta y cada curva cuentan una historia que el artista intenta trasladar.
Autodidacta, Carlos Cid desarrolla un estilo propio muy personal que combina talento, técnica, destreza, habilidad, sensibilidad, y un profundo respeto por la anatomía humana. Se tratan de esculturas realizadas con tuercas que descubren la maestría técnica de su autor.
El proceso escultórico se desarrolla en varias fases, combinando materiales como escayola, esparto, metal, madera, aceites, pinturas y lacas para garantizar una estructura sólida y un acabado visualmente impactante. La obra se inicia con la creación de un positivado en escayola y esparto, sobre el cual se ensamblan meticulosamente todas las tuercas, soldadas una a una mediante la técnica de soldadura MMA. Paralelamente, se construye y talla la peana en madera y metal, proporcionando una base estable para la escultura. Para finalizar, se perfeccionan los detalles, repasando cada orificio y cada huella de la talla para optimizar la absorción del aceite de linaza, la pintura y la laca. Este tratamiento final realza la textura y profundidad de la obra, otorgándole un acabado refinado y duradero.
Como ha expresado el autor durante la inauguración de la muestra, “todo empezó porque siempre me llamaron la atención las esculturas, en concreto el metal. Mi aprendizaje ha sido un viaje de observación, experimentación y pasión por la creación”.
La muestra recoge cinco torsos que son un tributo a la mujer luchadora; ‘Diana’ muestra la fortaleza e independencia de la mujer; ‘El Alma al desnudo’ recuerda etapas de su vida; ‘Lazos de sangre’ tiene como modelo a uno de sus sobrinos; ‘El Cristo’, “nos trasmite una imagen de realismo, sacrificio, fe y devoción que a nadie nos pasa desapercibido”.
En palabras de Carlos Cid: “Con estas obras también he buscado transformar elementos comunes como tuercas de aluminio y restos de metal en figuras que nos recuerden que la belleza puede hallarse en los materiales más inesperados y cotidianos. En este aspecto he puesto mi granito de arena con este planeta, ya que he reciclado buena parte de los materiales”.