El gallo de Morón, que corona una rotonda próxima al Municipal Alameda, remite a una frase comparativa, documentada desde principios del siglo XVIII, para referirse a quien queda sin dinero (sin pluma) y gritando (cacareando). Así se quedó el equipo de José González Fajardo, ‘Che’, después de la visita del Rinconada, que se llevó los puntos del feudo aruncitano y que pudo traerse un marcador mucho más amplio, sobre todo, a tenor de lo visto en la segunda parte, en la que los de Nando de la Rosa se comieron literalmente a su rival.

La primera parte fue más equilibrada. Es verdad que los locales, cuando se acercaban, daban mayor sensación de peligro, sobre todo, cuan do intervenía en el juego David Benítez, que se asociaba bien con Mario y Javi Pérez y creaba problemas a la zaga rinconera. En una de éstas, ganó línea de fondo y sacó un pase de la muerte para Adrián que, en posición franca para el remate, no enganchó la pelota y permitió a los rinconeros salvarse del que hubiese sido el primer gol. Similares a esa jugada hubo dos más en la primera parte, pero con más o menos apuros, el equipo visitante, acabó achicando el peligro.

En la vertiente ofensiva, los rinconeros trataban de aprovechar la velocidad de Sofian, primero por la izquierda y, tras cambiarse con Mimi, por la derecha y la capacidad de Abel Pando y Joni para jugar de espaldas y abrir huecos a los futbolistas que entraban por banda. Tuvo algunas ocasiones, la más clara una que acabó en gol, pero que estaba invalidad por fuera de juego.

La colegiada del encuentro, de ingrato recuerdo para los blanquiazules, Suárez Medina, cuajó un buen arbitraje, y no se dejó presionar por la veteranía del Morón, que acumulaba en el campo altas dosis de experiencia en jugadores como Javi Blanco, Gamboa o Fernando, a los que luego se unieron otros como Bano o Inda. Nada más comenzar la segunda parte, David Benítez inició otra jugada que, tras una desaplicación defensiva, acabó con el balón en Adrián, que, a bocajarro, esta vez no perdonó y puso el 1-0. Era el minuto dos tras la reanudación y, a renglón seguido, hubo otros dos acercamientos aruncitanos, que también llevaron cierto peligro a la meta de Jairo, pero que acabaron en nada.

El Rinconada sabía que tenía que sacudirse el dominio y contrarrestar el tanto local y lo hizo a balón parado. Primero, Mimi tuvo una falta de las que le gustan, pero la estrelló en la barrera, pero poco después, en una falta con aparente menos peligro. David López, el mejor del partido, iba a lograr el empate, con la inestimable ayuda de Juanma y la colaboración involuntaria del arquero aruncitano. Puso el balón para que botara antes de llegar al guardameta. Juanma amagó con el remate y Juan fue en busca del central rinconero. Cuando Juanma se retiró, el portero estaba vendido y la pelota entró mansa en el fondo de las mallas.

El empate podría hacer presagiar que los locales reaccionaran y se fueran en busca del segundo, al tener mayores obligaciones que el Rinconada al ser el equipo local. Pero, por el contrario, fueron los de Nando de la Rosa los que se hicieron con la pelota y encerraron a su rival, que se quedó huérfano en ataque con la sustitución de David Benítez. Era el Rinconada quien buscaba el partido y quien más lo merecía.

Tanto fue el cántaro a la fuente que se terminó de romper previa sustitución, mejor dicho, sustituciones, de Nando, que metió en el campo a Kisko y Sabo. En la primera pelota que tocó el segundo, llegó a hasta línea de fondo y sacó el pase de la muerte a Joni que, tras un amago espectacular en el que se quitó de encima al defensa y al portero, adelantó a los suyo en el marcador anotando el 1-2.

Ahora no había otra opción para los aruncitanos, que ir en busca del empate, pero la seguridad defensiva rinconera, incluso sin Juanma, que fue sustituido, no dejó ningún resquicio a llegadas locales, cuyos acercamientos morían sin inyectar veneno al área de Jairo. Por el contrario, los blanquiazules rompían la defensa del Morón una y otra vez, y así llegaron ocasiones de Kisko y Sabo, para haber ampliado la cuenta, que no entraron por auténtica mala suerte.

Al final, tres puntos que valen oro para le Rinconada, no sólo por lo que suma, por la entrada en zona de Play Off y por igualar en coeficiente a su rival, sino por el refuerzo moral que supone para el equipo los puntos y la sensación de tremenda superioridad exhibida en el Municipal Alameda.

Ahora, los de Nando tendrán la semana que viene a otro ‘coco’, el Ventippo, aunque el duelo se dirimirá en el Nuevo Ramos Yerga. Esa será otra historia, pero la moral en las huestes rinconeras, está por las nubes.