El pasado sábado 6 de abril, la Semana Santa de San José fue anunciada por Onofre Arteaga en una abarrotada iglesia de San José y con un pregón que en su originalidad no decepcionó a nadie. Era el párroco de San José, Félix Alberto Mediavilla el encargado de abrir el acto dando la bienvenida a los asistentes y agradeciendo a Onofre Arteaga tanto su compromiso dentro y fuera de la comunidad parroquial como por su aceptación a ser el 38º pregonero cuando desde la hermandad le fue encomendada esta tarea.

Tras la Marcha “María Santísima en su Mayor Dolor” interpretada por la Banda Municipal Cristo del Perdón, tomaba la palabra Miguel Valverde Ávila, pregonero del año pasado y encargado de presentar a Arteaga destacando de él su vinculación familiar e histórica con la localidad en general y con la parroquia que acogía el pregón en particular recordando como el padre del actual pregonero, trabajó en la construcción de la iglesia de San José. “Olvídate de los nervios, disfruta, mira a tu público como protagonista que eres de esta noche e inunda este templo con la palabra que es sal de primavera y huele a incienso” le aconsejaba Miguel Valverde.

“Pasa la Virgen Macarena” fue la marcha que daba paso al pregonero que, desde su ambón, iniciaba su pregón en la cultura politeísta grecolatina para destacar como el nacimiento de Jesús supuso el inicio de la cristiandad y de la comunidad de creyentes que forman la Iglesia y que creen en un solo dios. Hizo referencia a sus experiencias como creyente y cómo de la mano de la Fe había aprendido a perdonar, a dar las gracias, pero también a alzar la voz y a hacer denuncia profética ante cualquier tipo de injusticia. De fondo, unas imágenes de refugiados, personas que sufren la pobreza y escenarios bélicos ilustraban este mensaje.

Así mismo, el pregón recorrió todo el camino que lleva a poner una cofradía en la calle. Desde la limpieza de la plata y enseres hasta el traslado de las imágenes o el exorno floral. Todo cobra vida al llegar la primavera y las imágenes de los titulares esperan un año más el encuentro con su pueblo sobre los pies racheantes de los costaleros. También relató en primera persona cómo transcurre un Viernes Santo en San José de La Rinconada desde que la Hermandad pone su Cruz de Guía en la calle hasta que los pasos se recogen y se reencuentran en su templo tras el encuentro anual con sus devotos. Una jornada de encuentros, de convivencia, de diálogos entre imágenes y de conversaciones catequéticas entre padres e hijos.

Al son de la marcha “La Saeta” y la letra de Antonio Machado, el pregonero abandonaba el presbiterio y cargando una cruz al hombro, rememoraba la iconografía del Nazareno camino del Calvario. La marcha “Amarguras” de Font de Anta en el centenario de su composición, dio paso a un diálogo entre el pregonero y la titular de la hermandad que con una iluminación destacada le concedía todo el protagonismo en este pasaje del pregón.

Incluyo en su pregón alusiones al concepto de hermandad y al compromiso social que las agrupaciones deben tener tanto al interior de sus comunidades como hacia la sociedad en un trabajo incansable, aunado y que sirva de testimonio para los demás. En este capítulo destacaba la importancia del párroco como acompañante y consejero espiritual en el seno de las hermandades. También tuvo palabras para la representación política no solo como representación sino para que se pueda contar con ellos.

Por último, reivindicaba la cultura y la tradición cofrade “semana santera” de la localidad nombrando a las hermandades con las que contamos en La Rinconada que procesionan en Semana Santa y a la Agrupación de El Olivo con el firme deseo de que el ‘peregrinar’ del Señor de la Humildad llegue pronto.

Cerraba el pregonero dando las gracias a todas las personas que habían hecho posible este pregón innovador y que sin duda marcará un hito en la historia de la Semana Santa de la localidad. Los himnos de Andalucía y España cerraban este XXXVIII pregón firmado por Onofre Arteaga.